jueves, 26 de mayo de 2016

Historia y ficción en excepcional libro de Verónica Ormachea

EL Diario, 
1 abril 2016
“Los Infames”

Historia y ficción en excepcional libro de Verónica Ormachea

• El filósofo H.C.F. Mansilla hizo una amplia interpretación intelectual de la singular obra • Primicial investigación de la acogida que brindó Bolivia a los judíos en la segunda guerra mundial

La autora del libro Verónica Ormachea.
El libro Los Infames, de la periodista y escritora Verónica Ormachea Gutiérrez, fue presentada la noche del miércoles en su primera reedición, en ceremonia efectuada en el Círculo de la Unión, ante una concurrencia que colmó sus instalaciones y generó incluso un animado debate sobre sus contenidos.
Es la primera obra literaria que relata de forma novedosa y dramática, sin que se halle exenta de ficción, como corresponde a una novela, la histórica acogida que brindó Bolivia a los judíos en la segunda guerra mundial.
Este acontecimiento, casi desconocido en la Bolivia actual, se produjo ante la persecución inclemente que sufrieron los judíos de parte del régimen nazi de Alemania, que tuvo su abominada y máxima expresión en el exterminio del campo de concentración Auschwitz, en Polonia, donde se eliminó en cámaras de gas y otros medios crueles a más de cinco millones de personas, sin discriminación de género.
De acuerdo con las investigaciones que realizó la autora, habrían llegado a Bolivia unos 30.000 judíos. Empero, oficialmente se indicó en ese tiempo que se expidieron alrededor de solo 8.000 pasaportes. ¿Por qué la diferencia numérica?
El libro revela que Moritz (Mauricio) Hochschild, uno de los llamados “tres varones del estaño”, en gesto piadoso y humanitario, hizo falsificar pasaportes hasta el punto de que pudo haberse llegado a aquella cifra. 
En su empeño de salvar vidas de perseguidos raciales y políticos de Alemania, virtualmente dedicó su fortuna para pagar coimas y cubrir todo género de gastos en el objetivo que se impuso como ser humano.
Hochschild era de origen judío, de ahí su solidaridad con los que eran víctimas del régimen de Hitler, pero podría decirse, su lugar a equívoco, que fue la excepción. Muchos otros como él, que vivían en libertad en los países occidentales, no lo hicieron, aunque algunos probablemente también eran poseedores de fortunas.
El distinguido filósofo Mansilla, como presentador del libro de quien fuera su discípula en la carrera de maestría, expuso un notable estudio sobre el libro Los Infames. Sus discernimientos filosóficos fueron impresionantes para el auditorio, pues fue quizás una única oportunidad que tuvo la experiencia de escuchar una exposición de tan altos niveles intelectuales.
Otra novedad de la noche fue la posibilidad que se dio al público de emitir opiniones y juicios sobre el libro. En unos casos hubo valiosos aportes, familiares, inclusive, no faltaron las discrepancias y alegatos. En suma, se puso de manifiesto la pluralidad, que siempre es enriquecedora en democracia.
Verónica Ormachea escribió anteriormente otras dos obras igualmente muy impactantes. Los Ingenuos, acreedora a la Mención de Honor del Premio Nacional de Novela, y Entierro sin muerte-El secuestro de (Samuel) Doria Medina, por parte del grupo terrorista peruano MRTA.
La autora se inició como periodista en la agencia internacional de noticias UPI. En ella lució sus cualidades intelectuales y sus colegas y admiradores la impulsaron a incursionar en la literatura. De esta manera, realizó estudios en la Universidad de La Sorbona, de Paris-Francia, y en la Universidad de Harvard, en el “Kennedy School of Government”.
Al presente, en sus 59 años, Verónica Ormachea se ha consagrado como una de las mayores figuras del firmamento literario y cultural de Bolivia. En el periodismo, sigue siendo una de sus distinguidas culturas, escribiendo columnas de opinión.

martes, 24 de mayo de 2016

LARA, EL PINTOR DEL MESTIZAJE

Página Siete, El periódico, Mundiario Madrid, SudamericaHoy, Buenos Aires. 

Cecilia Bayá es sin duda, la mayor promotora cultural del arte pictórico contemporáneo boliviano. La curadora se encuentra resguardando la memoria de los más notables artistas a través de libros en ediciones de lujo. Este es el cuarto libro que publica. Sus anteriores obras fueron de la pintura de María Luisa Pacheco, Roberto Valcárcel y Marcelo Callaú. También ha editado catálogos de conocidos artistas.
La curadora Bayá nos vuelve a sorprender con la publicación de un nuevo libro: Raúl Lara vida y obra, del excepcional pintor orureño del S. XX.
Raúl Lara, hijo de mineros y nacido en una mina (ahora fallecido) interpreta el mestizaje boliviano proyectando la identidad de los bolivianos como nadie.
Trasmite el espíritu festivo como el carnaval, los prestazgos, Todos Santos, procesiones así como la cotidianeidad.
Los traduce con extraordinaria originalidad y gran calidad estética. Sus cuadros son luminosos y priman los colores fuertes como el magenta, azul y el violeta.
El artista nos lleva a un mundo entre real y onírico como Dalí. Pinta sueños angelicales así como atormentados y anacrónicos.
Lara Tórrez nos invita a interpretar a ver el mundo desde su óptica. Su mágica obra, está sin duda, inspirada en Chagal. Sus personajes y objetos vuelan por los aires, pero al mismo tiempo están conectados ya que el pintor no pierde la composición.
Su constante es el mestizo gordo y próspero con anteojos y vestido con terno, las niñas inocentes, los diablos, dioses incas, las mujeres voluptuosas semi desnudas, los toros y las máscaras. Su obra está cargada de simbología. Al observarlos, uno puede inventar una historia.
Según el historiador Carlos Mesa “Lara es, qué duda cabe, uno de los grandes artistas andinos de América…”
Según su coterráneo Luis Ramiro Beltrán, su obra es “Telúrica pero no folklórica, figurativa, pero nada fotográfica, erótica pero casi nunca obscena”.
Lara en su vida diaria fue también muy original. Cuenta que un día el célebre Vincent Van Gogh - que en vida vendió un solo cuadro y después de su muerte su obra fue reconocida como de las más extraordinarias en la historia de la pintura universal - tocó la puerta de su casa, entró y se quedó para siempre.
El postimpresionista se sentaba a la mesa a cenar, iban a las fiestas populares, a las minas y pintaban juntos. Se convirtió en parte del imaginario de la vida de la familia. Según sus familiares, hasta soñaban con él. Era una suerte de fantasma que rondaba en torno a ellos. Incluso Lara hace una serie titulada “Van Gogh en Oruro”. En esta introduce la cara del pelirrojo en varias de sus obras, hace un retrato del holandés pintando y otro hablando con un minero.
También tiene un cuadro, de uno de los más conocidos de la historia, “Las Meninas” de Velásquez, en que incluye a Picasso pintando a una de ellas y tras suyo un dibujo de inspiración cubista flotando. También tiene otro que está inspirado en el “Guernica”.
El libro de Lara es una edición con ilustraciones de gran calidad gracias a las fotografías de Armando Urioste, Antonio Suárez, Arturo Bedoya, Ernesto Lara, Fernando Soria y Juan Carlos Canaviri. Imperdible.