14/5/2011
DIARIO PAGINA 7
Sería ingenuo no creer que Al Qaeda tomará represalias por la muerte de Bin Laden, más aún si lo ha anunciado. Lo hará no sólo contra EEUU sino sus países aliados, como Israel.
Washington ha decidido buscar con lupa a 50 terroristas ofreciendo recompensas millonarias.
Osama Bin Laden, el terrorista más buscado del planeta, le declaró la guerra a EEUU en 1998 y acabó muerto. Con este anuncio iniciaba la Yihad, o guerra santa, para cometer actos de terrorismo contra los enemigos del Islam.
Hay que ser muy iluso o fanático para declararle la guerra a EEUU, la primera potencia del mundo. Históricamente se ha visto que los lo han hecho, la han perdido, aunque en este caso, sea una guerra no convencional. Hoy en día, para Washington, la lucha contra el terrorismo, se ha convertido en una política de Estado.
Se sabía que tarde o temprano EEUU encontraría a Bin Laden. Fue muerto por los Seals, un grupo de élite militar. Se cree que Al Zauahiri, un médico egipcio, tome el liderazgo. Para los norteamericanos y para el mundo se hizo justicia ya que Bin Laden planificó derribar con aviones suicidas las Torres Gemelas de Nueva York, parte del Pentágono y una nave se estrelló en un lugar en Pensilvania donde murieron 3.000 inocentes. Fue el ataque terrorista más brutal de la historia. Sin duda ha habido un antes y un después del 11-Sep.
Bin Laden de 53 años, se convirtió en un fanático religioso que a nombre de su Dios decidió matar a inocentes en occidente especialmente en EEUU, país con el que se obsesionó. En el curso de la historia hemos vistos horrores cometidos por el hombre a nombre de Dios. Un ejemplo fue la inquisición.
El odio a occidente estalló con el “despertar islámico” impulsado por el líder religioso Ayatola Khomeini en 1979 que arguyó que los árabes merecían vivir en un mundo más justo.
Si bien la muerte de Bin Laden ha sido un golpe al terrorismo internacional, la pregunta del millón es si ahora EEUU es o no un país más seguro.
Lo que ha confundido a la opinión pública mundial es que la Administración Obama no mostró las fotografías del asalto y muerte del terrorista. La gente incluso puso en duda de que hubiese fallecido. El mundo se aseguró de su muerte cuando Al Qaeda la confirmó.
Obama dijo que no era apropiado publicar las fotografías porque aquello traería más violencia. Debería, sin embargo, mostrarlas para dejar constancia de lo ocurrido y para que los terroristas sepan en la guerra que se encuentran. Aquello no cambiará su sed de venganza. Probablemente Washington no publicó las fotos del asalto para evitar que la figura de Bin Laden se mitifique como ocurrió con la foto del El Che Guevara muerto. Washington publicó una foto del terrorista envejecido y venido a menos sentado en el suelo viendo videos de él mismo. También destruirá la casa donde lo encontraron y esparcieron sus cenizas para que no se convierta en una leyenda.
La muerte del terrorista dará grandes réditos a Obama para su postulación a la reelección el 2012, aunque el tema principal sea la economía.
En todo caso, esta guerra no ha terminado y en las próximas décadas occidente será víctima del terrorismo.
