martes, 31 de marzo de 2020

Antes y después del coronavirus

Los tiempos, Página Siete, El periódico, La Patria, EJU, ANF, Mundiario, SudamericaHoy, 

FOCUS

Nos está tocando vivir una guerra desigual y perversa: el
 ataque del coronavirus.
De la noche a la mañana el mundo se ha visto atacado
 por un virus, silencioso y mortal para el que no hay vacuna.
Y como ante el Covid-19 todos somos iguales, no nos
queda otra alternativa que estar encerrados en casa para
evitar el contagio ya que el virus se expande como telaraña
 y nos amenaza como la Espada de Damocles.
Esta experiencia inédita nos ha dejado boquiabiertos. No es
fácil para los bolivianos estar encerrados las 24 horas del día
y solo poder salir una vez por semana a comprar alimentos
 o medicamentos.
Ya nos lo anuncio el visionario Bill Gates, el mayor filántropo en salud.
El año 2015 el fundador der Microsoft ofreció una charla en
 la que aseguró que la mayor amenaza para la humanidad no
era un misil o la bomba atómica sino un microbio.
Días atrás respondió a unos internautas y dijo que mundo ignoró
las señales de que esta pandemia podía suceder y que podía
aparecer en algún momento.
Aseguró que la tecnología para la investigación existe, pero que
es necesario invertir de forma adecuada. Que se están haciendo
investigaciones con el plasma de personas recuperadas cuyos
anticuerpos podrían servir.
También dijo que un fármaco podría estar disponible antes que
una vacuna, pero que no estaría listo antes de un año y medio.
El hecho es que nos está tocando resistir a un enemigo invisible
y nos toca adaptarnos a nuestra nueva realidad. El ser humano
ha atravesado situaciones peores. En pandemias anteriores morían
una poblaciones enteras.
Cumplimos las instrucciones del gobierno como soldados por el
enorme apego que tenemos a la vida que es tan frágil.
El gobierno boliviano ha tomado medidas extremas que son positivas
 porque en caso que el virus nos ataque como a Italia y España, no
podría atender todos los casos.
Esto es a raíz de que Evo Morales no dejó un sistema de salud
publica adecuado. Gastó el dinero en cosas innecesarias y no
en lo más importante que es la educación y la salud.
Ante el panorama siniestro que vemos a diario en los medios
 -que si bien nos informa y nos recuerda de tomar
precauciones- nos asfixia. Es conveniente ser selectivos
con la información.
Siempre he pensado que los hechos pasan por algún motivo,
 muchas veces que no comprendemos al principio. Luego,
sin embargo, nos llega sola la explicación.
La humanidad será otra después del coronavirus.
Esta dura experiencia nos plantea enseñanzas. Probablemente
sea una llamada de atención que nos da la vida y nuestra
madre tierra a la que tenemos tan maltratada.
Nuestro planes inmediatos quedaron truncados, pero nunca
es tarde para rearmarlos. Y , nuestra rutina ha sido reemplazada
por una más dura.
El encierro es difícil porque el hombre es esencialmente sociable
 y esta situación nos ha privado de libertad.
Debemos, sin embargo, tomar las precauciones para evitar el
 contagio, resistir el encierro con serenidad, y reinventarnos
 con imaginación para entretenernos. Si no lo hacemos, nadie
 lo hará por nosotros.
Nos toca ser solidarios y empáticos con los ancianos, los vecinos,
 con los que tienen escasos recursos, y principalmente con los
 solitarios.
Es nuestra obligación salir fortalecidos moral y espiritualmente
 pero ante todo ser
resilientes, que tengamos la capacidad de sobreponernos ante
la adversidad y sigamos proyectando el futuro sin barreras. Ya
 que después de esta experiencia no podremos ser los mismos.

Caso contrario nuestro paso por la vida habrá sido insignificante.

Aberración contra dos mujeres portadoras del coronavirus



15 de marzo 2020

Los tiempos, SudameridcaHoy, Mundidario, EJU, La Patria, el Periódico, ANF, El Día,


FOCUS

El detonante del Covid-19 en Bolivia fue cuando dos mujeres sesentonas llegaron de Italia a Bolivia. Una oriunda de Santa Cruz y otra de Oruro.
Cuando llegaron no tenían síntomas. Estos se presentaron días después. 
La cruceña fue al centro de salud del municipio de San Carlos. Le hicieron los exámenes y le confirmaron que era portadora del coronavirus. 
Cuando el pueblo se enteró, se plantó frente al sanatorio y exigió a gritos y con pancartas que la retiren del sitio para evitar que los contagie. Incluso amenazaron con incendiar el recito.
El personal médico la retiró arguyendo que no contaba con el equipo médico para atenderla. La introdujeron en una ambulancia y su cuerpo enfermo estuvo deambulando en la ciudad de Santa Cruz durante horas. La rechazaron de la misma manera en cinco hospitales. 
La otra contagiada, tuvo que volver a su casa por el pésimo servicio sanitario en Oruro, ciudad que ahora está en cuarentena. Ahora, ambas se encuentran en sus casas superviviendo la crisis viral.
Aquella negligencia ciudadana en complicidad con los empleados de salud es condenable. Su cruel actitud es vergonzosa y un atentado contra la dignidad humana. 
La fiscalía, con justa razón, inició un proceso a todos ellos.
Ante lo ocurrido con las mujeres, los bolivianos entraron en pánico. Inmediatamente salieron a las calles a abastecerse. Hicieron colas infinitas para comprar barbijos, alcohol, gels antisépticos, desinfectantes, antigripales, guantes y productos de limpieza. Todo se agotó en horas. No faltaron los especuladores que triplicaron los precios y los que vendieron alcohol mezclado con agua. Ahora están detenidos. 
A raíz del ataque viral, el gobierno declaró estado de emergencia nacional y ha ofrecido para lo portadores albergues vacíos que construyó el gobierno de Morales; clínicas que dejaron los cubanos que tendrán que equipar ya que ellos se lo llevaron todo; y una Villa Olímpica. 
Y desde hoy rige la cuarentena total.
A pesar de la extraordinaria bonanza económica que vivió Bolivia durante los 14 años de MAS, Morales, no invirtió en salud como debía. 
En su programa “Bolivia cambia, Evo cumple”, el MAS gastó cuatro veces más en obras deportivas que en salud porque a él le gusta jugar futbol.
Tras una auditoría del gobierno de Jeanine Añez, se encontró que Morales gastó U$ 520 millones para obras deportivas y apenas U$ 115 en salud. Añez ha destinado 10% del presupuesto para la salud.
Bolivia, así como Haití y Venezuela son altamente vulnerables al coronavirus.
El 30% de los bolivianos vive en la pobreza de los cuales el 17% en la extrema pobreza. Hoy existen 11 contaminados.
Hoy en Bolivia, el tema político ha pasado a un segundo plano a pesar de que el presidente del Tribunal Supremo Electoral Salvador Romero, ha ratificado que estas se realizarán el 3 de mayo próximo. 
La aberración de Morales cometida contra los bolivianos en torno a la salud, restará votos a su partido que se presentará a los comicios. 
Ante el Covid-19 , los candidatos han decidido no hacer campaña electoral. Estas serán a través de la redes y los medios de comunicación. 

domingo, 1 de marzo de 2020

Catorce años de resistir a Evo Morales


Pag 7; Los Tiempos, SudamericaHoy, Mundiario, La Patria, EL Periódico, EJU, ANF, El Día

FOCUS

Catorce años de resistir a Evo Morales



Cuando Evo Morales ganó las elecciones del 2005, los bolivianos y el mundo quedamos asombrados. Por primera vez un indígena ganaba la elección de forma legítima con el 53% de los votos.
Fue un hecho histórico. El mundo lo abrazó y lo vio como un Mandela, o un Mesías salido de la pobreza que tomaba el poder para mitigar las diferencias sociales y económicas en un país donde la mayoría de sus habitantes son indígenas.
Se reeditó el populismo de Getulio Vargas en Brasil y Domingo Perón en  Argentina.
Hugo Chávez implementó el Socialismo del Siglo XXI apadrinado por Cuba, del que fue parte Morales. La izquierda nostálgica había logrado su objetivo.
Su gobierno se desarrolló en un contexto excepcional. Implementó el modelo económico extractivista y los precios, principalmente del gas, se fueron a cielo y los ingresos fiscales se multiplicaron.
Era una danza de millones. El gobierno aprovechó la bonanza a pesar de que no diversificó las exportaciones para realizar transformaciones estructurales de fondo, ni aplicó políticas públicas en favor de los marginados.
El poder lo obnubiló. Cometió el error de seguir siendo presidente de las 6 federaciones cocaleras del Chapare y permitió el aumento de cultivos de coca. También hizo la vista gorda al contrabando, al mercado informal y empezó a gastar el dinero de los bolivianos como nuevo rico, como si fuera suyo.
Obtuvo mayoría parlamentaria y cambió las leyes a su favor. Quitó la independencia del poder judicial y electoral. Empezó a perseguir a las voces disidentes, atacar a sus adversarios, coartar la libertad de prensa y a enjuiciar a sus opositores sin verdadero justificativo. Muchos oponentes se autoexiliaron por temor a los juicios. Jóvenes que habían estudiado en el exterior se quedaron allí porque sólo los masistas eran empleados en el Estado. Fuimos testigos de una generación perdida.
A esto se sumó la corrupción desmedida y hoy se ha iniciado procesos a los masistas y muchos están siendo detenidos.
Sólo un ejemplo. Gastó U$ 7 millones en la construcción del Museo Orinoca en el lugar donde nació, que hace culto a su imagen, en vez de invertir ese suma en su pueblo ubicado en medio de la nada que carecía de luz, agua y servicios básicos.
Otro acto de egocentrismo fue cuando mandó a hacer bustos con su imagen y los colocó en plazas al estilo Hussein y Stalin. También mandó a construir la “Casa del pueblo” y otros edificios innecesarios en lugar de hacer hospitales y colegios. A esto su sumo la compra de aviones y se hizo cientos de otros gastos absurdos.
Aquél carismático pastor de llamas sin instrucción que apenas habla español, desvaneció aquellos deseos de hacer una Bolivia incluyente y plural y todo acabó en retórica.
¿En que quedó lo fundamental que es el acceso a la salud, la educación, servicios básicos y sacar a la mayoría de la pobreza y el marginamiento?
La oposición temerosa y sin liderazgo quedó inerte ante la dictadura.
La ira de bolivianos, sin embargo, creció a pasos agigantados.
Todo estalló el 21 de febrero del 2016 cuando Evo convocó a un referéndum para su reelección (que además era ilegal) y lo perdió. Este, sin embargo, se presentó a las elecciones de octubre pasado e hizo un fraude monumental que fue comprobado por la OEA y estas se anularon.
Aquello indignó a los bolivianos y toda la rabia contenida de 14 años fue expresada de forma espontánea cuando los bolivianos salimos a las calles a protestar de forma pacífica durante 21 días a lo que se llamó “Las Pititas”.
El movimiento fue encabezado por la nueva generación de jóvenes -que no habían conocido a otro presidente- y las mujeres. Fue tan genuino que dio resultados. Morales se sintió acorralado que terminó renunciado y huyendo. Fue la sociedad civil quien lo hizo caer y no un golpe como sigue afirmando.
Hubo una sucesión constitucional, y hoy contamos con una presidenta legítima, Janine Añez que ha convocado a nuevas elecciones presidenciales para el 3 de mayo próximo.

Después de la dictadura, recuperamos la democracia y la libertad.