Diario Página Siete 16/3/2013
Nos guste o no,
Chávez tuvo un liderazgo indiscutible. Murió él y con él, el chavismo. Ninguno
de sus seguidores podrá reemplazarlo y menos Nicolás Maduro, que se entronó
ilegalmente. Tampoco habrá un mandatario latinoamericano que tome su lugar en
el liderazgo de la “nueva izquierda” regional.
El ex presidente de
Venezuela Hugo Chávez, un carismático militar golpista, gobernó su país durante
14 años y murió con cáncer en días pasados.
Su funeral fue
apoteósico ya que media Venezuela fue a llorarlo. Había ganado las últimas
elecciones por poca diferencia del líder de la oposición Henrique Capriles,
pero no llegó a ser posesionado.
Chávez creó el
Socialismo del Siglo XXI y propagó su proyecto bolivariano en el que deificó a
Bolívar. Se sentía la reencarnación del libertador.
Fue afortunado porque
cuando gobernó, el precio del barril de petróleo llegó a costar U$ 140.
Derrochó, sin embargo, el dinero de sus compatriotas como su fuera suyo.
Fue dadivoso con los
pobres en temas de salud, educación y vivienda convirtiéndolos en su base
electoral. La pobreza bajó del 50% al 29%; la pobreza extrema del 22% al 12%; y
el desempleo se redujo del 15% al 6%. Desgraciadamente les dio el pescado, pero
no les enseñó a pescar porque su política era asistencialista.
También fue generoso
con sus vecinos latinoamericanos. Dio préstamos, cooperación, donaciones,
ventas del petróleo a precios irrisorios con el fin de mantener el liderazgo en
la región.
Si bien apoyó a
Morales a consolidarse en el poder, hoy la deuda de Bolivia al país caribeño es
quince veces más desde que Evo es presidente.
Vendió petróleo a
Cuba con precios casi subvencionados lo que ha mantenido estable a la isla de
la misma manera cuando fue apoyada por la ex URSS. Ahora los Castro se verán en
figurillas si es que la oposición gana las elecciones. Embanderó su política
exterior contra el imperialismo y los insultaba cuando podía a pesar que EEUU
era su principal nicho de exportación de petróleo.
Fundó e impulsó
varios grupos regionales. El más emblemático fue la ALBA principalmente para
incorporar a Cuba en el contexto internacional. Según el presidente de Criminal Justice International Associates,
la familia del ex mandatario habría amasado una fortuna de 2.000 millones de
dólares.
¿Sus réditos? Su
enorme popularidad, la reafirmación de su liderazgo regional y el permanente
apoyo a su país en organismos internacionales.
Maduro quiere continuar con el chavismo, pero empezó mal. Chávez lo nombró su vicepresidente sin siquiera haber asumido la presidencia. Luego, en pleno funeral del ex presidente, chavistas del TSJ maquinaban la designación fraudulenta de Maduro, que se posesiono como “presidente encargado”. Según la Constitución, el puesto le correspondía a Diosdato Cabello, presidente de la AN. Un atropello más.
Maduro tomo posesión
rápidamente como parte de una estrategia política.
Primero para ganar
tiempo y aprovechar el duelo de los chavistas y obtener el voto póstumo así
como para utilizar el aparato estatal para hacer la campaña cuyas elecciones
serán el próximo mes. Esto les dará gran ventaja, pero no significa que ganen
porque el pueblo votaba por Chávez y no por Maduro.
El que asuma la
presidencia, tendrá el gran desafío de sacar de la crisis a un país polarizado.
La deuda externa es de 95.000 millones y la inflación del 20%. A esto se suma
la escasez de productos de primera necesidad. Difícil tarea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario