Diario Pagina Siete y Mundiario 23/12/14
Con campanazos en todas las iglesia de Cuba en el día de San Lázaro, que resucitó, sus habitantes celebraron el anuncio del pronto restablecimiento de relaciones diplomáticas con EEUU después de 54 años.
Este hecho histórico, que cierra el epílogo de la Guerra Fría en occidente, es un éxito para ambos países. Ha sido una de las más acertadas y lucidas decisiones de la administración Obama. Es el fin de la enemistad de dos países considerando que en EEUU viven millones de cubanos. Y probablemente sea el hecho diplomático más relevante desde el restablecimiento de relaciones diplomáticas cuando la gestión de Nixon con China comunista.
Este acercamiento se realizó tras la liberación e intercambio de espías. Fue el secreto mejor guardado. Durante 18 meses La Casa Blanca mantuvo negociaciones secretas en Canadá con autoridades cubanas con la mediación del Papa Francisco. Sólo la hábil diplomacia vaticana logró liberarse de los hackers.
“Cincuenta años han demostrado que el aislamiento no ha funcionado… ha llegado la hora de un nuevo enfoque” afirmo Obama. Raúl Castro aseguro: “Hemos acordado el restablecimiento de relaciones de diplomáticas, aunque eso no quiere decir que lo principal se haya resuelto, que es el bloqueo económico, comercial y financiero, que provoca grandes daños y que debe cesar”.
Con esta decisión ambos países han resultado beneficiados. EEUU podrá abrir mercados y se liberará de la mirada acusadora de la comunidad internacional que condena el bloqueo. Esto ha sido visto con buenos ojos por los lideres mundiales y el país del norte mejorara sus relaciones con Latinoamérica.
Por su lado, Cuba, no ha perdido su ideología “marxista-leninista”. Nadie ha podido tumbar en medio siglo al legendario Fidel Castro y la isla se insertará al mundo globalizado.
No hay nada más absurdo que el aislamiento con el vecindario, aunque tenga otra ideología. A EEUU, ni a nadie, le conviene tener a un enemigo a 90 millas de su costa. Basta recordar la crisis de los misiles cuando el mundo estuvo a punto de entrar a una Tercer Guerra Mundial.
El tema migratorio es una piedra en el zapato. Inmigrantes cubanos siguen echándose al mar para refugiarse en Estados Unidos.
Obama ha sido de los presidentes estadounidenses más tolerantes. Ha sido el único que ha tenido un gesto público con Cuba desde 1959, cuando saludó a Raúl Casto en el funeral de Mandela.
Ha cedido a que cubanoamericanos realicen más viajes a la isla, ha permitido que envíen remesas a sus familiares y ha dado apertura al comercio. Raúl, menos ortodoxo que Fidel, realizó cambios en la isla y en parte liberalizó la economía.
El problema de fondo, sin embargo, no está resulto: el bloqueo que reina hace 53 años y la ley Helms–Burton sigue vigente. Ésta impone medidas punitivas a terceros países que realicen comercio con las isla.
Si bien la Casa Blanca define la política exterior, sólo el Congreso puede levantar el bloqueo. Obama tendrá que deshacer aquel nudo gordiano. Los republicanos tendrán mayoría en ambas cámaras y miembros del Tea Party harán lo imposible por no levantarlo.
Si bien este es el primer paso, tendremos que ver la habilidad de Obama para negociar con autoridades cubanas la pronta instauración de la democracia, elecciones libres, el pluripartidismo, la restauración de las libertades ciudadanas plenas -que incluye liberar a los presos políticos-, la libertad de prensa, y otros.
Una vez logrado aquello, probablemente Cuba ingrese al sistema económico capitalista de China.
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