sábado, 28 de febrero de 2015

VENEZUELA DESTRUIDA

Diario Página Siete y Mundiario de Madrid

Cuando en un país no hay qué comer y sus ciudadanos se pasan horas haciendo colas para comprar lo que sea, el gobierno tiene los días contados.
Este el caso de Venezuela, aunque Maduro se aferre al poder, le eche la culpa de la crisis a EE.UU. y diga “Dios proveerá” para sacar a los venezolanos de la escasez y el hambre.
La falta de papel higiénico es un trauma nacional. Y para irritar a su gobierno, lo asilados y exiliados venezolanos en EE.UU. han hecho papel higiénico con la cara de Maduro.
El mandatario apenas cuenta con el 20% de popularidad. Es un vulgar dictador y su pueblo no lo aprecia. No fue así con el carismático Chávez que se convirtió en un símbolo, aunque también coadyuvó a destrozar a su país.
El Socialismo del siglo XXI  ha sido un fracaso. Esto por la ineficiente administración, la corrupción - que según Transparency International es el país más corrupto del mundo - y su populismo demagógico, con promesas no cumplidas.
Su economía depende del 96% de las exportaciones de petróleo. Y para colmo de males, la crisis ha aumentado porque el precio del crudo ha bajado en casi 50%.
Se dictó una devaluación del bolívar con el fin de bajar la inflación, que es la más alta del mundo (68% anual) y reducir el déficit fiscal. Sin embargo, aún existe el mercado paralelo, treinta veces más alto que las tres tasas oficiales, y los sueldos y salarios se mantienen.
Esto ha llevado a uno a unos de los países más ricos del planeta a que el 48% de su población esté sumido en la pobreza. Es más; nadie invierte un peso en Venezuela por la inseguridad jurídica y ciudadana por los altos niveles de delincuencia.
A pesar de su quiebra, el gobierno venezolano se da el lujo de subvencionar petróleo a Cuba, que según el economista Carmelo Mesa, le entrega 107.000 barriles de petróleo al día de los cuales el gobierno de Castro revende 40.000.
Su populismo malentendido, ha destruido las instituciones del Estado y se ha convertido en una dictadura totalitaria coartando las libertades ciudadanas, los derechos civiles, humanos de expresión y prensa.
En la protestas contra el gobierno ha habido decenas de muertos y centenares de heridos.
Hay más de cien detenidos dos de los cuales son sus principales opositores políticos, Leopoldo Lopez (hace un año encarcelado) y Antonio Ledezma, alcalde de Caracas. Estos y otros se encuentran en “La tumba” un centro de tortura y prisión bajo el Metro de la ciudad que además están siendo procesados. Muchos presos han sido acusados de falsas intentonas golpistas, la excusa más trillada del delirante Maduro para distraer a la opinión pública del caos en que ha convertido a su país.
Si Maduro es un patriota, debe renunciar y convocar a elecciones generales, como lo hizo Siles Zuazo en Bolivia a raíz de la hiperinflación.
Es una vergüenza el silencio de la comunidad internacional y el amarillismo de los escasos comunicados de prensa. Ésta, así como los organismos regionales, deben pronunciarse principalmente para la liberación de los presos políticos que no tiene nombre.


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