- Domingo,2 de junio 2013
Diario La Razón
Suplemento Tendencias
‘Periférica Blvd.’, novela barroca y paródica
Historieta • Cuadros del cómic ‘Periférica Blvd.’, adaptación y
dibujos de Susana Villegas y Álvaro Ruilova, y color de Óscar Zalles.
La obra, que cuenta con el apoyo del Espacio Simón I. Patiño, se
publicará próximamente.
James Joyce, el
escritor irlandés que rompió con toda la tradición literaria occidental
hasta principios del siglo XX al imponer un nuevo canon estético
renovando la literatura moderna, afirmó que su obra Finnegans Wake sería
tan compleja que críticos literarios y escritores se pasarían 30 años o
incluso muchos decenios más estudiándola. Y así ha sido. Aquello no
sólo ha ocurrido con dicha obra sino también con sus demás cuentos y
novelas. Han pasado poco menos de 100 años y éstos siguen siendo objeto
de análisis.
Algo
parecido ocurre con el escritor boliviano Adolfo Cárdenas. Nos ha
condenado de la misma manera que Joyce. Han transcurrido casi diez años
de la publicación de su novela Periférica Blvd. y ésta sigue siendo
estudiada no sólo por la dificultad de su comprensión, sino por lo que
hay debajo de esta complejidad que, por supuesto, como suele ocurrir con
los buenos libros, no es accidental. Propuesta. Periférica Blvd. de
Adolfo Cárdenas Franco es el resultado, in extenso, del cuento Chojcho
con audio de rock pesado —publicado en 1992— que sitúa al autor como uno
de los más creativos e innovadores cuentistas bolivianos
contemporáneos.
Publicada por la Editorial Gente Común, Periférica Blvd. es una obra que
se enmarca dentro del género policial urbano, el relato negro, la
novela de corte realista, el permanente experimento estilístico, el
barroco latinoamericano y, sobre todo, la parodia. El autor nos muestra
con la maestría del que sabe el submundo dramático y sórdido que pervive
en los barrios situados en los márgenes de las ciudades de La Paz y El
Alto, destacando ciertas avenidas o lugares o barrios, como la avenida
Periférica, que además da su nombre a la novela, o el barrio alteño 16
de julio. Siempre recodos populares.
Periférica Blvd. es una interesante propuesta contemporánea con base en
el barroco americano ya antes trabajado por autores como José Lezama
Lima, Alejo Carpentier o Carlos Fuentes. El escritor la ha subtitulado
Ópera Rock-ocó, hecho que, desde el principio, nos da un guiño que habrá
de estar presente a lo largo de toda la lectura; el rococó, también
conocido con el nombre de barroco tardío, significa, en el fondo, el
horror al vacío, el horror permanentemente adornado de un grotesco
vertiginoso. Este subtítulo muestra en principio la originalidad del
texto que se traduce en un juego de palabras poco común en la solemne
narrativa boliviana, en este caso el cruce de dos idiomas, el español y
el inglés, nos deja conocer que, además de rococó, la otra intención del
libro es abiertamente musical, con una innegable tendencia rockera,
música popular.SUBMUNDO. Si bien otros escritores bolivianos como Jaime
Saenz, René Bascopé y Víctor Hugo Viscarra han escrito sobre el submundo
paceño, ése que late debajo de la ciudad y sobre todo cuando la luz
solar se ha marchado, incursionando sutilmente en el ámbito psicológico
de los personajes y planteando la curiosa sociología de un mundillo
sórdido y caótico muy complejo, Adolfo Cárdenas presenta este mismo
mundo marginal desde una óptica distinta —quizás incluso más íntima—
gracias a los recursos que utiliza del grotesco.
Uno de los grandes valores de Periférica Blvd. es la escritura del
lenguaje verbal del mestizo citadino y del aymara campesino radicado en
la urbe que traduce a la narrativa, lo que, por ejemplo, no consigue
Saenz en su famosa novela Felipe Delgado. Cárdenas utiliza la fonética,
la hace suya, la dota de una sintaxis inédita y la traduce en letras.
Difícil tarea.
Esta es
una obra de extraordinaria originalidad, creatividad, humor, dueña de un
terrible sarcasmo y es un experimento de innovación lingüística muy
bien logrado. Periférica Blvd. irrumpe con la fuerza de una novedad
sólida en el panorama literario nacional.
La novela versa sobre la persecución de dos policías: el teniente
Villalobos o El Lobo y Severo Fernández, el chofer de una patrulla en la
que buscan a Maik, el testigo de un crimen. El Rey, un graffitero, ha
sido asesinado en una fiesta rockera de marginados. Durante toda una
noche hasta el amanecer, atraviesan aquel submundo de clubs nocturnos,
bares, prostíbulos, desde Villa Fátima a la Ceja, invadiendo el corazón
de los barrios periféricos de donde salen personajes y situaciones tan
insólitos como profundamente grotescos, jocosos y miserables.
Todos los personajes que peregrinan las páginas de Periférica Blvd. son
antihéroes. Algunos luchan por escapar del anonimato al que están
condenados, otros poseen ciertas pretensiones de elevar su condición
social, los más desean permanecer tal como están perpetuando así el
modelo de la sociedad estamental.
La única grandeza que tienen estos antihéroes es el haber nacido, ya
que viven en un entorno social desfavorecido del que serán incapaces de
poder huir. Por tanto buscan dinero para sobrevivir la vida de cualquier
manera. La delincuencia, el tráfico de drogas, la prostitución, la
corrupción, etc. Periférica Blvd. también explora a través de sus
personajes, las diversas formas de asumir una propia sexualidad
marginal, es un mosaico de colores extravagantes y refulgentes: desde
prostitutas hasta homosexuales, desde lesbianas hasta travestis, siempre
inmersos en el mundo de la bebida y de las drogas.
Se puede confirmar, entonces, que Cárdenas rompe, con Periférica Blvd.,
todos los esquemas de la literatura clásica boliviana, y se presenta
como un vanguardista en el campo de la novelística local, un innovador
de grandes proporciones en el medio literario boliviano. Periférica
Blvd. es una novela perteneciente a la escuela del sarcasmo, esa que
parodia la condición humana y la caricaturiza. En la descripción de
aquel submundo desconocido para muchos que existe algo más allá del
simple reto lingüístico y el hecho de lo grotesco. Hay una nueva visión
de mundo.
Cárdenas, como
ya hizo en sus anteriores libros de cuentos, Fastos marginales y El
octavo sello, indaga, dada su percepción estética, en las situaciones
del hombre de la calle, del que pertenece al lumpen y lo hace hablando
en su propio lenguaje, reinventándolo inclusive. Esto, a diferencia del
romanticismo, donde los héroes son los actores principales y la
narración alimenta la razón de vida del héroe épico, muestra una clara
intención de escapar de lo convencional. Cárdenas ahonda en
conmocionantes realidades sociales. Explora en la herida de situaciones
inevitables. HUMOR. En Periférica Blvd., el autor presenta con humor la
trágica realidad de la voz de los silenciados, los despreciados, los
desplazados, lo que nos da una gran oportunidad de conocer —y discutir
gracias al mismo humor que se encarga de dotar de ambigüedad al texto—
en profundidad y de otra manera, quizás más colorida e histriónica, un
tema muchas veces tocado en nuestro medio, desde Raza de bronce hasta
Felipe Delgado. De esta manera podemos observar cómo la historia y los
movimientos sociales se generan desde el interior, desde el
proletariado, desde el lumpen, desde la miseria de la gente sin destino y
sin posibilidades de redención alguna por parte de la sociedad que los
circunda.
Cárdenas
también incursiona en la presentación visual a través del recurso del
graffiti, recuadros con avisos comerciales que llevan un mensaje o una
comunicación policial en clave, otros recursos describen un escenario o a
un personaje, caricaturas, partituras musicales, todo bajo la sombra
del inefable carácter humorístico y mordaz de Periférica Blvd. Podríamos
decir, entonces, que, en este aspecto, Adolfo Cárdenas es un innovador.
El autor se vale de varias citas, a manera de epígrafes, para preceder a
cada uno de los capítulos y, gracias a ello, caemos en cuenta de lo que
en verdad significa la parodia: una burla y un homenaje al mismo
tiempo. Nada más ambiguo.
Sin duda, la narrativa de Cárdenas está hermanada con el mundo
saenziano, que es el precursor del grotesco urbano en Bolivia. La más
destacada novela de Saenz, Felipe Delgado (que probablemente es un alter
ego añejo de Periférica Blvd.), cuyo personaje principal está inmerso
en el mundo del alcohol, busca su identidad y el sentido no sólo de su
propia vida sino de la existencia humana. La obra de Saenz, sin embargo,
se enmarca en el mundo social del conventillo —esas casonas antiguas
con decenas de cuartuchos donde viven, todos juntos, familias enteras o
personas solitarias—. En ellas habitan desde aristócratas venidos a
menos por su mala situación económica hasta alcohólicos, prostitutas e
indígenas que inmigran del campo. Sus escenarios se caracterizan por
presentar una enorme mezcla social y sus personajes son conflictivos.
René Bascopé, en su novela La tumba infecunda, demuestra que es uno de
los mejores herederos de Saenz, también enmarca como escenario principal
al conventillo.GROTESCO. Si bien dichos autores se encuadran dentro del
grotesco urbano, Adolfo Cárdenas, a diferencia de ellos, no utiliza
como escenario un mundo simbolizado en el conventillo sino que el
entorno en que ubica a sus personajes es más amplio: la periferia de la
ciudad de La Paz. Cárdenas es, sin duda, un heredero de la tradición
inaugurada por Saenz ya que abarca ese mismo mundo de los marginados. No
así, sin embargo, en el ejercicio narrativo ni en el lingüístico, ya
que Cárdenas impone un nuevo canon que se podría denominar el
“aymarañol”.
Cárdenas,
en Periférica Blvd. propone un diálogo con otras obras pertenecientes a
su “misma familia”. Por ejemplo, usa el recurso de la metaficción cuando
muestra al personaje de la novela homónima, Felipe Delgado, ingresando a
un bar y ordenando una copa. O cuando coloca el nombre de “Sastrería
Borda” a un taller de costura porque la leyenda dice que el célebre
escritor y pintor Arturo Borda falleció en una al beber alcohol puro.
Periférica Blvd. es a La Paz lo que Ulises, de Joyce, es a Dublín,
incluso en el tratamiento de los recursos narrativos. Se nota una
poderosa influencia del escritor irlandés, tanto en el distinto orden y
estilo de los capítulos como en la duración de la novela. A su manera,
Periférica Blvd. también funciona como una parodia de Ulises.
Temporalmente hablando, Ulises es una novela que se desarrolla en 24
horas en la ciudad de Dublín. Periférica Blvd. es una novela que se
desenvuelve en una noche en la ciudad de La Paz, en el espacio de diez
horas.
Adolfo Cárdenas
literaturiza la oralidad del lenguaje cotidiano a través de la jerga que
utiliza del mundo marginal. Esta literaturización traduce el lenguaje
oral tosco y vulgar del lumpen con destreza, creatividad y humor. Todos
los melodramas —en el fondo tragicomedias— de las laderas llenan el
contexto general de la novela.
A través del lenguaje, los personajes se describen solos. A través de
éste se puede apreciar el estrato social de los personajes que el lector
paceño podrá reconocer de inmediato.
Algo parecido ocurre en el libro de Víctor Hugo Viscarra que titula
Borracho estaba pero me acuerdo (2002): se sumerge en el bajo mundo del
alcoholismo y utiliza la coba entremezclada con el aymara. La
diferencia es que Viscarra escribe en el lenguaje con una sola voz.
Periférica Blvd. es una novela polifónica.
INFLUENCIA. En torno al lenguaje, probablemente Cárdenas está muy
influenciado por los escritores ingleses del grupo Jóvenes Iracundos:
Anthony Burguess, autor de La naranja mecánica, y Alan Sillitoe, autor
de La soledad del corredor de fondo, e incluso por el estadounidense
John Kennedy Toole, autor de La conjura de los necios.
Interpretar —y más, escribir— cómo se expresa un aymara analfabeto que
ha aprendido lo poco que sabe de español de oídas no es fácil. Su
conocimiento le llega a través de la información oral y los medios
gráficos. Un claro ejemplo es el habla de Severo, un ciudadano de la
clase baja. Su forma de hablar y de ser transcrita por el autor es tan
auténtica que por momentos la lectura resulta ininteligible. Por
ejemplo: “Sorden, me tininti” en lugar de: “A su orden mi teniente”. Con
este tono de fondo, se desarrolla la mayor parte de la novela.
Lo mismo ocurre con la jerga que utilizan los delincuentes, los
drogadictos, los policías, las prostitutas, los narcotraficantes, los
travestis que habitan aquel submundo. Es un lenguaje agresivo, crudo,
trasgresor que incluso copia, de forma oral, ciertas palabras inglesas.
El lenguaje de la novela está cargado de juegos fonéticos intraducibles
así como culturismos particulares y vulgarismos.
Ciertos modismos y palabras no sólo son utilizados por los del mundo
del hampa, sino por todos los estratos sociales. La pregunta final es:
¿quién copió a quién?
Si
bien esto demuestra una vez más y la originalidad de Cárdenas,
dificulta aún más su lectura. Quizás la mejor manera de comprender la
novela, dadas sus propiedades orales, es leyéndola en voz alta.
Adolfo Cárdenas se presenta también como innovador en la forma de
escribir y su imaginación se encarga de crear un nuevo lenguaje escrito.
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