jueves, 30 de mayo de 2013
Mundiario
Mario Frías Infante, director de la academia boliviana correspondiente de la Real Academia Española, encabezó la ceremonia en un acto en el Centro Cultural de España en La Paz, al que asistieron Adolfo Cárdenas, el embajador de España, Ángel Vázquez, y el expresidente boliviano Carlos Mesa, entre otras personalidades.
Verónica Ormachea Gutiérrez se incorpora a la academia con la postulación de los académicos Georgette Camacho, Jorge Siles y Luis Ramiro Beltrán.
La colaboradora de MUNDIARIO consideró la novela como una obra original porque, según dijo, “retrata en su narrativa las formas orales de comunicación del submundo paceño y de los personajes marginales que lo constituyen”. Según Verónica Ormachea Gutiérrez, la obra, que fue publicada hace diez años y ha tenido varias reediciones, es “sórdida, barroco-americana” y está enmarcada en “el neovanguardismo” por el trato que da al lenguaje. Se trata de una novela negra policial, que transcurre en diez horas, y muestra el mundo dramático de la noche en las ciudades vecinas de La Paz y El Alto, en la que se presenta con humor la realidad “de los silenciados, los despreciados, los desplazados”.
Verónica Ormachea Gutiérrez destacó la importancia de la adaptación a los cambios del idioma, en concreto las transformaciones y los giros lingüísticos, que, hoy día, se manifiestan también de forma cotidiana en los nuevos medios audiovisuales e internet. ”Cárdenas rompe con esta obra todos los esquemas de la literatura clásica y se presenta como un vanguardista en el campo de la novelística local, como un innovador de grandes proporciones”, dijo la columnista de MUNDIARIO. A su entender, Cárdenas también presenta una innovación al reflejar lo que llama el “aimarañol”, con una fusión de palabras entre el español urbano de La Paz y la lengua indígena aimara.
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