miércoles, 23 de febrero de 2011

Evo pierde imagen

29 de mayo del 2010

FOCUS

Evo Morales desgasta su imagen a pasos agigantados por la cantidad de sandeces que dice. Esto, por su enfermizo afán de protagonismo, copia fiel a Chávez.  
Evo, no de forma gratuita, perdió las elecciones municipales en la mayoría de los departamentos. Fue derrotado porque el pueblo se dio cuenta de sus errores y contradicciones.  
Hoy, no sólo está perdiendo espacios e imagen en el ámbito nacional sino en el internacional.
El presidente asistió a la VI Cumbre de ALCUE (América Latina, Caribe y Unión Europea) que se realizó recientemente en Madrid.
En sus intervenciones empezó victimizándose sobre su condición de aymara explotado así como de su vida pasada rodeada de pobreza.  
Cometió el error de acusar al Partido Popular (opositor al gobierno español) de haber financiado un golpe de Estado en Santa Cruz, basado en recortes de prensa. Una vergüenza y falta de seriedad ya que estaba allá como invitado y porque nunca mostró pruebas. Esto indignó a los españoles y con justa razón. El Jefe del Gobierno Español Rodríguez Zapatero así como el canciller Moratinos defendieron al PP.
Evo también declaró que “la ayuda a nuestro país no es decisiva” y que “Bolivia jamás va a negociar el saqueo de nuestros recursos naturales”.  
Un país en vías de desarrollo como el nuestro, jamás debe cuestionar programas de cooperación económica externa, más aun si son donaciones. La Unión Europea tiene destinada a Bolivia, desde el 2009 al 2013, cooperación no reembolsable de 250 millones de euros para proyectos con el Estado y 100 millones de euros para programas con ONG´s y otros.
Morales no entiende que si bien Bolivia vive de las ventas de los hidrocarburos, los precios pueden bajar y nos veríamos en figurillas. Por ahora las vacas son gordas, pero es imposible predecir el futuro.
Evo también ignora que, a pesar de sus envalentonadas declaraciones, nadie va a invertir un peso en Bolivia, por las nacionalizaciones de hidrocarburos, electricidad y telecomunicaciones, además que por la falta de seguridad jurídica. Hoy el Estado boliviano afronta 14 procesos legales de los cuales 3 van al arbitraje internacional. Según expertos, las indemnizaciones costarían U$ 4.000 millones.
Lo cierto es que el gobierno de Evo no sólo está distanciado de EEUU sino que ahora de la UE.
Otra declaración absurda fue haber pedido disculpas a los homosexuales por si sus palabras respecto al consumo de productos transgénicos “se entendieron mal”. Aquello tampoco le toca decir a un Jefe de Estado.
Luego viajó al Vaticano donde se reunió con Benedicto XVI donde cometió la torpeza de sugerirle abolir el celibato, entre otros.
Luego dijo que le envió una carta al Santo Padre solicitándole “humanizar y democratizar la religión católica” a la que el Santo Padre contestó que “el Estado no interfiere en asuntos de la Iglesia y viceversa”. Según Evo, él mismo le pidió al Papa que la Iglesia no intervenga en temas del Estado.
Recordemos que en las peores crisis políticas del país, los gobiernos han recurrido a la Iglesia Católica para que interponga sus buenos oficios y con resultados exitosos.
El hecho es que nadie le dice al Papa que debe hacer. Evo, aparte de haber sido irreverente, su actuación fue de muy mal gusto.
Los pueblos tienen el derecho de apoyar o disentir con el gobierno de turno. Pero más allá de las ideologías, es deber del Jefe de Estado ganarse el respeto de los pueblos y, en este caso, de la comunidad internacional. Evo debería dejar de hacer declaraciones desatinadas para que lo respeten.

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