FOCUS
Cuando en un país hay escasez de alimentos; racionamiento de energía eléctrica; falta de agua potable; devaluación de su moneda frente al dólar (que provoca el alza de los productos); un mercado negro de divisas; una inflación anual del 30%; la contracción de la economía en 5.8%; y tiene régimen autoritario, lo más probable es que el gobierno se caiga solo.
Este es el caso de Venezuela. Chávez ha demostrado no sólo ser un dictador, sino que un pésimo administrador. Y si Evo le sigue los pasos -como lo ha estado haciendo - Bolivia irá por mal camino.
¿Cómo se entiende esta fracasada revolución bolivariana? El panorama es catastrófico.
Resulta difícil comprender como Venezuela - siendo el mayor productor de petróleo en Latinoamérica - esté atravesando por tan grave crisis económica, la cual empeorará.
Dicho país enfrenta una crisis energética porque Chávez no tomó las previsiones del caso a principios de la década, cuando debió construir nuevos campos eléctricos. A raíz de ésta, el presidente venezolano anunció que habrá incentivos así como sanciones para quienes disminuyan o incrementen el consumo. Estos serán descuentos en las facturas a quienes ahorren energía o recargas a los que no.
El gobierno ha decretado dos tipos de cambio, 2.6 bolívares por dólar destinado a sectores esenciales y otro llamado el “dólar petrolero” de 4.3 bolívares por dólar para productos no esenciales. Esto ha provocado una devaluación hasta del 100%. Por tanto, todos los productos que no se importen con el cambio oficial, se obtendrán en el mercado negro (que ha llegado a 8 bolívares por dólar) lo cual aumentará la inflación que hoy es la más alta de Latinoamérica. Según expertos, esta medida jamás ha funcionado y dará lugar a la corrupción.
El principal comprador de petróleo venezolano es EEUU, pero ante la constante agresividad de Chávez con los distintos gobiernos de Washington – a los que no pierde ocasión de agredirlos de capitalistas y neoliberales –, EEUU estaría buscando otros proveedores. Prueba clara es que las exportaciones de petróleo disminuyeron en 16%. PDVSA aporta con más de la mitad de los ingresos que tiene Venezuela.
Hay desabastecimiento de alimentos a raíz de lo cual Chávez culpó a los empresarios por su afán de ganar dinero y expropió cadenas de supermercados, lo que no ha solucionado el problema.
De igual manera existe escasez de agua y también culpó a los venezolanos de gastar demasiada y les aconsejó que tomen duchas cortas, lo cual fue el hazmerreír del planeta.
Desde que Chávez asumió el poder en 1999, ha nacionalizado empresas petroleras, de cemento, de alimentos y otros. Controla a PDVSA, a las FFAA (que lo mantienen en el poder), a la Asamblea y al Poder Judicial. Se dice que estaría buscando otro mandato de seis años, lo cual no será fácil. Según las encuestas, su popularidad ha bajado. El 2007 contaba con el 70% del apoyo popular y hoy con el 45%. Ha alargado de forma indefinida sus mandatos, encarcelado a sus enemigos políticos y clausurado medios de prensa independientes.
Su gran objetivo - ya que cree la reencarnación de Bolívar- es lograr la expansión de su fallida y retrógrada revolución socialista bolivariana que a estas alturas ni él mismo la entiende y menos puede controlar. Una contradicción, ya que el mundo actual apunta a la modernidad y a la globalización.
Según la revista Foreign Policy Chávez figura en el puesto 18 de una lista de los 23 peores “tiranos” del mundo.
Con esta actitud dictatorial y la mala administración, el futuro de Chávez y Venezuela son sombríos.
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