miércoles, 23 de febrero de 2011

Lula, el poder tras el trono





Sábado 8 de enero 2011

FOCUS

No hay que ser ningún lince para prever que Lula será el poder tras el trono en Brasil.
En días pasados Dilma Rousseff, de 63 años, del PT se posesionó como nueva presidenta del gigante latinoamericano.
La sucesora del ex presidente Lula da Silva, a la que apadrinó, optó por la continuidad. Prueba clara es que 16 de los 37 ministros que conforman el gabinete de Rousseff, han ocupado carteras en los dos anteriores gobiernos de Lula. Esto demuestra que el ex presidente aún sigue teniendo mucha influencia. ¿La nombraría su sucesora para mantenerse cerca del poder? Recordemos que hasta poco Lula lloraba públicamente cuando terminaba su gestión.
Según recientes encuestas, Rousseff, tiene el 73% de apoyo popular y de forma inédita cuenta con la mayoría absoluta en el Parlamento, inclusive con más de los 3/5 para modificar la Constitución. 
Rousseff mantendrá el proyecto macroeconómico de su antecesor lo cual es una medida económica y política correcta principalmente por los resultados positivos que se han dado. Estos fueron por la aplicación de medidas neoliberales que dieron crecimiento económico y garantizaron la estabilidad. Aún existe, sin embargo, una distribución desigual de la riqueza. Dichas políticas han convertido al Brasil en una potencia emergente. Es la octava economía del planeta, el país más poderoso de Latinoamérica, y el quinto país más grande del mundo, considerado un subcontinente.
La ex guerrillera aseguró que “no descansará mientras haya brasileros sin comida que llevar a su mesa, personas sin techo, y niños pobres abandonados a su suerte”. Ha colocado el tema social como una prioridad en su agenda para favorecer a los más pobres. En la gestión de Lula 50 millones de brasileros mejoraron su calidad de vida y 20 millones han salido de la pobreza, consolidando así una enorme clase media.
Si bien recientemente se valorizó el real con respecto al dólar, Rousseff tendrá los retos de detener el gasto público, frenar la inflación que es del 5%, aumentar las inversiones, aumentar el crecimiento que ha llegado al 7.5% y así garantizar el desarrollo sostenido. Pero principalmente deberá cumplir con al deuda social. Actualmente Brasil tiene una población de 193 millones de habitantes, de los cuales 20 millones son pobres y 14 millones analfabetos.
Si bien Rousseff se considera de izquierda, se espera que no muestre la misma cara que dio Lula ante ciertos países. La opinión pública mundial quedó sorprendida cuando éste, en una visita a Cuba el 2010, no abogó por la liberación de los presos políticos cubanos en la isla a pesar de que 50 disidentes cubanos le habían solicitado una reunión para que intervenga por ellos. Lula negó haber recibido petición alguna.
El ex mandatario también ha dado su apoyo a regímenes autoritarios, hecho que ha sido criticado por Amnistía Internacional y Human Rights Watch.
De igual manera, lideró un movimiento en Sudamérica con el fin de reconocer un Estado palestino. También apoyó al gobierno iraní, a pesar de que el Organismo Internacional de Energía Atómica informó que dicho país estaba llevando a cabo de forma secreta un programa nuclear.
Sólo en tiempo hará que Dousseff, conocida por su pragmatismo más que por su carisma, tome decisiones propias y así podrá independizarse de su patrocinador.

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